Alissa y Alexander desaparecen en la lejanía,mientras Jake me retiene donde estoy.Aunque no le hace falta sujetarme,ya que el miedo y las lágrimas me retienen donde estoy.Tan solo hay una frase en mi garganta que lucha por salir sin éxito:«Por qué».
Cuando ya considera que se han alejado lo suficiente como para no poder seguirles la pista,Jake me mira serio y se marcha.Por un momento pienso en seguirle a él,pero eso solo empeoraría las cosas,o me mataría.
Estoy sola.
Bueno...tengo a Rubi,pero no puedo confiarme demasiado con ella,puede que nuestra alianza sea una excusa para poder matarme con más facilidad.De ser así,moriría de todos modos...
Así que lo mejor es ir sola.
Me cargo de nuevo la mochila y el carjac a duras penas a la espalda,ya que chocan entre sí,y camino en dirección contraria a ellos con el arco en la mano.Si no me equivoco,voy hacia el volcán.
Lo sé,siempre me han dado miedo,pero es el sitio más alejado y los profesionales tardarán más siendo un grupo tan numeroso.¿O tal vez no?Puede que algún tributo matase a Rosse,o a Drake...Qué tonterías digo,ellos son lo contrario a asesinables...Ellos son los profesionales.
El camino que sigo es solo bosque,árboles por aquí y por allá,todos iguales.Pienso en algún momento en hacer una marca en ellos para no perderme,pero eso solo conduciría a algún tributo hacia mí.Además,estoy en la arena,no tengo ninguna necesidad de volver atrás.Me fijo en los árboles:los hay muy variados,y seguramente no estén aquí por obra de la naturaleza,especies de climas opuestos no sobreviven juntas ni a tiros.Me acuerdo entonces de Sussane,ella fue la que me enseñó a diferenciar flores y árboles a pesar de ser tan niña.
Al acordarme de ella,una sonrisa asoma a mis labios.Es extraño,estoy sola,no tengo a nadie a mi lado...pero el simple recuerdo de mis seres queridos me da fuerzas para seguir adelante.
-Fastídiate Snow-sonrío para mí misma.
Nadie va a hacerme perder la esperanza,nada me va a quitar los motivos por los que luchar.Tengo la lista en mi mente.
La sonrisa de William.
El despertar de los gemelos.
Las reprimendas de mi madre.
Los hoyuelos en las mejillas de Sussane.
El carácter serio de Javier.
El optimismo de Friday.
La actitud divertida de Ellery.
Los modales de Effie.
La esperanza de Sarah.
La esperanza de recuperar el tiempo perdido con papá.
Todas ellas forman parte de quien soy yo,de lo que seré,y no pienso dejar que un puñado vestidos de payasos me digan quién o qué debo ser.
Yo soy Selene Black.
Tengo 16 años.
Me gusta pelearme con mis hermanos y pasear con William.
Me salto las clases de gimnasia por ser una vaga que ahora está siendo obligada a correr para vivir,y lo lamento.
Como galletas de canela a escondidas de mi madre antes de las comidas.
Me gusta pisar los charcos cuando llueve...
...Y soy la tributo del distrito cinco de los quintuagésimo primeros Juegos Del Hambre.
No tardo mucho en divisar el comienzo del volcán,el calor sofocante me da la bienvenida,y yo tengo que guardarme la chaqueta en la mochila si no quiero morir de un golpe de calor.La cuesta arriba es bastante inclinada,y voy a tener que trepar en algunos intervalos.Pero si con esto consigo alejarme de los profesionales,merece la pena intentarlo.Cojo carrerilla y me preparo para la caminata,con el arco y una flecha preparada por si no soy la única que ha tenido esta idea.
A medida que asciendo,la vegetación desaparece y solo me rodean piedras.
Malo,porque hay un tributo que corre en dirección hacia mí con una espada en la mano,pero se nota que no sabe usarla,ya que la sostiene a duras penas y tiene muy torpes movimientos.Aprovechando que aún hay suficiente distancia entre ambos,huyo buscando algo que me sirva de escondite.Piedra,piedra,piedra,y nada.Llego a una zona en la que ya no hay lugar por donde subir,tendría que escalar.Pero hay algo que me llama la atención.Matorrales que se enredan en la pared.Debe de tratarse de...
-Una cueva-murmuro corriendo hacia la zona,arrancando con fuerza las plantas.Efectivamente,una apertura tapada por una gran roca se esconde tras ellas.Es redonda y casi de un metro,y aunque me costará moverla he de intentarlo.La muevo con toda la fuerza que me queda y entro,haciéndola rodar para colocarla de nuevo en su sitio.
-Mierda-pienso tirándome al suelo,recuperando el aire que he perdido en la carrera.El haber arrancado las plantas se hará saber donde estoy.Me alejo unos metros y preparo el arco.No tardo en escucharle jadear,y él no tarda en descubrir mi escondite.Cojo aire a medida que la piedra se mueve,apunto hacia el tributo y lanzo la flecha,cerrando los ojos para evitar ver mi objetivo...
Pero esa voz de niño es inconfundible.
-¡Mitch!-grito una vez han cesado los gritos del pequeño del distrito 8.Tiene mi flecha clavada en el pecho-¡Mitch responde!-grito,casi ahogándome en mis propias lágrimas.pero no hay respuesta,solo un cañonazo que me indica que el pequeño Mitch ha dejado para siempre el mundo de los vivos.Abrazo su cuerpo inerte,mojándolo con mis lágrimas.Yo no quería hacerlo,el miedo me empujó a disparar.Qué he hecho...
Suelto a Mitch en el momento en que un aerodeslizador aparece para llevarse lo que queda de él,y me alejo un par de metros,entrando de nuevo en la cueva.Hundo la cabeza en las rodillas,intentando no ver como se lo llevan,pero mi conciencia me obliga a mirar el resultado de mis actos.
Comprendo entonces lo que acabo de hacer.
He matado a alguien,he cometido mi primer asesinato...
Soy lo que el Capitolio quería que fuese.
Una asesina.
Cuando ya considera que se han alejado lo suficiente como para no poder seguirles la pista,Jake me mira serio y se marcha.Por un momento pienso en seguirle a él,pero eso solo empeoraría las cosas,o me mataría.
Estoy sola.
Bueno...tengo a Rubi,pero no puedo confiarme demasiado con ella,puede que nuestra alianza sea una excusa para poder matarme con más facilidad.De ser así,moriría de todos modos...
Así que lo mejor es ir sola.
Me cargo de nuevo la mochila y el carjac a duras penas a la espalda,ya que chocan entre sí,y camino en dirección contraria a ellos con el arco en la mano.Si no me equivoco,voy hacia el volcán.
Lo sé,siempre me han dado miedo,pero es el sitio más alejado y los profesionales tardarán más siendo un grupo tan numeroso.¿O tal vez no?Puede que algún tributo matase a Rosse,o a Drake...Qué tonterías digo,ellos son lo contrario a asesinables...Ellos son los profesionales.
El camino que sigo es solo bosque,árboles por aquí y por allá,todos iguales.Pienso en algún momento en hacer una marca en ellos para no perderme,pero eso solo conduciría a algún tributo hacia mí.Además,estoy en la arena,no tengo ninguna necesidad de volver atrás.Me fijo en los árboles:los hay muy variados,y seguramente no estén aquí por obra de la naturaleza,especies de climas opuestos no sobreviven juntas ni a tiros.Me acuerdo entonces de Sussane,ella fue la que me enseñó a diferenciar flores y árboles a pesar de ser tan niña.
Al acordarme de ella,una sonrisa asoma a mis labios.Es extraño,estoy sola,no tengo a nadie a mi lado...pero el simple recuerdo de mis seres queridos me da fuerzas para seguir adelante.
-Fastídiate Snow-sonrío para mí misma.
Nadie va a hacerme perder la esperanza,nada me va a quitar los motivos por los que luchar.Tengo la lista en mi mente.
La sonrisa de William.
El despertar de los gemelos.
Las reprimendas de mi madre.
Los hoyuelos en las mejillas de Sussane.
El carácter serio de Javier.
El optimismo de Friday.
La actitud divertida de Ellery.
Los modales de Effie.
La esperanza de Sarah.
La esperanza de recuperar el tiempo perdido con papá.
Todas ellas forman parte de quien soy yo,de lo que seré,y no pienso dejar que un puñado vestidos de payasos me digan quién o qué debo ser.
Yo soy Selene Black.
Tengo 16 años.
Me gusta pelearme con mis hermanos y pasear con William.
Me salto las clases de gimnasia por ser una vaga que ahora está siendo obligada a correr para vivir,y lo lamento.
Como galletas de canela a escondidas de mi madre antes de las comidas.
Me gusta pisar los charcos cuando llueve...
...Y soy la tributo del distrito cinco de los quintuagésimo primeros Juegos Del Hambre.
No tardo mucho en divisar el comienzo del volcán,el calor sofocante me da la bienvenida,y yo tengo que guardarme la chaqueta en la mochila si no quiero morir de un golpe de calor.La cuesta arriba es bastante inclinada,y voy a tener que trepar en algunos intervalos.Pero si con esto consigo alejarme de los profesionales,merece la pena intentarlo.Cojo carrerilla y me preparo para la caminata,con el arco y una flecha preparada por si no soy la única que ha tenido esta idea.
A medida que asciendo,la vegetación desaparece y solo me rodean piedras.
Malo,porque hay un tributo que corre en dirección hacia mí con una espada en la mano,pero se nota que no sabe usarla,ya que la sostiene a duras penas y tiene muy torpes movimientos.Aprovechando que aún hay suficiente distancia entre ambos,huyo buscando algo que me sirva de escondite.Piedra,piedra,piedra,y nada.Llego a una zona en la que ya no hay lugar por donde subir,tendría que escalar.Pero hay algo que me llama la atención.Matorrales que se enredan en la pared.Debe de tratarse de...
-Una cueva-murmuro corriendo hacia la zona,arrancando con fuerza las plantas.Efectivamente,una apertura tapada por una gran roca se esconde tras ellas.Es redonda y casi de un metro,y aunque me costará moverla he de intentarlo.La muevo con toda la fuerza que me queda y entro,haciéndola rodar para colocarla de nuevo en su sitio.
-Mierda-pienso tirándome al suelo,recuperando el aire que he perdido en la carrera.El haber arrancado las plantas se hará saber donde estoy.Me alejo unos metros y preparo el arco.No tardo en escucharle jadear,y él no tarda en descubrir mi escondite.Cojo aire a medida que la piedra se mueve,apunto hacia el tributo y lanzo la flecha,cerrando los ojos para evitar ver mi objetivo...
Pero esa voz de niño es inconfundible.
-¡Mitch!-grito una vez han cesado los gritos del pequeño del distrito 8.Tiene mi flecha clavada en el pecho-¡Mitch responde!-grito,casi ahogándome en mis propias lágrimas.pero no hay respuesta,solo un cañonazo que me indica que el pequeño Mitch ha dejado para siempre el mundo de los vivos.Abrazo su cuerpo inerte,mojándolo con mis lágrimas.Yo no quería hacerlo,el miedo me empujó a disparar.Qué he hecho...
Suelto a Mitch en el momento en que un aerodeslizador aparece para llevarse lo que queda de él,y me alejo un par de metros,entrando de nuevo en la cueva.Hundo la cabeza en las rodillas,intentando no ver como se lo llevan,pero mi conciencia me obliga a mirar el resultado de mis actos.
Comprendo entonces lo que acabo de hacer.
He matado a alguien,he cometido mi primer asesinato...
Soy lo que el Capitolio quería que fuese.
Una asesina.
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